León Trahtemberg
De sentido común Diario Correo
Benjamin Zander empieza su charla
sobre música y pasión en TED-2008 contando un relato popular: hay dos
vendedores de zapatos que son enviados a una isla para ver si se pueden vender
zapatos, pero resulta que ninguno de sus habitantes usa zapatos. Un vendedor
reporta a su sede en Manchester diciendo "situación inútil. Acá nadie usa
zapatos". El otro escribe: "Aquí hay una magnífica oportunidad;
todavía nadie usa zapatos".
Zander -que es músico- usa el
relato para comentar las dos variantes que hay respecto al incentivo a
disfrutar de la música clásica. Unos dicen que ésta "está
agonizando". Otros dicen "aún está en sus pañales" y en vez de
hacer estadísticas de todas las orquestas y empresas discográficas que están
quebrando, se dedica a incentivar con nuevas estrategias el acercamiento a la
música clásica.
¿Qué significa esto? Hay personas
que tienen un fuerte apego al pensamiento convencional, aprendido e instalado
sólidamente en su mente desde su infancia, de modo que no queda espacio para
pensar diferente. En cambio hay personas que siempre están en la búsqueda de
nuevas fórmulas y variantes para las opciones convencionales, que estarán más
en la línea de Albert Szent Gyorgi cuando dijo: "El descubrimiento
consiste en ver lo que todo el mundo ha visto y pensar lo que nadie ha
pensado".
¿Cómo se logra eso? Sobre la base
de una elevada autoestima y seguridad en sí mismo que se cultivan desde que el
bebe recién nacido es adecuada y oportunamente atendido por su madre, se
amplifica con un entrenamiento intelectual y emocional que lo estimula a
enfrentar situaciones nuevas, y procurar ensayar fórmulas innovadoras sin
apelar a las ya conocidas.
Esto por supuesto choca con una
educación convencional basada en enseñar lo conocido, que además otorga a los
alumnos el derecho a quejarse y hasta tachar a un profesor que se atreva a
preguntar por cosas que no ha enseñado (así los alumnos tengan todas las
herramientas que necesitan para resolver el problema planteado).
Estimular al niño a que piense por
sí mismo, sin usar metodologías conductistas y deterministas, le dará más alas
para volar.
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