Doctor, Jorge Manco Zaconetti |
ESCRIBE: JORGE MANCO
ZACONETTI (Investigador UNMSM)
EL PROBLEMA DE LOS SALARIOS
Las operaciones mineras que se
desenvuelven en el Perú están consideradas como extremadamente rentables en razón
de los bajos costos de producción, especialmente la minería de oro y cobre se
ubican entre las más competitivas a nivel mundial. Es el caso de la empresa
Southern Perú Copper Corporation (SPCC) filial de Southern Copper Corporation
(SCC) empresa controlada mayoritariamente por el Grupo México, uno de las
principales transnacionales de la minería cuprífera y argentífera a nivel
internacional.
Con las unidades de Toquepala
(Tacna) y Cuajone (Moquegua) a nivel productivo integradas a las actividades de
fundición y refino en el puerto de Ilo (Moquegua) todas ubicadas en el sur
peruano, se tiene un costo operativo efectivo por una libra de cobre producida
por debajo de los 65 centavos de dólar y el precio promedio de dicho metal en
el 2012 ha sido de US$ 3.61 la libra con tendencia al incremento gracias a la
recuperación de la economía china.
La diferencia entre los precios y
costos determina el excedente económico que se transforma en las utilidades del
capital, la renta de las minas en especial la renta diferencial, los diversos
impuestos que capta el Estado y los intereses financieros que se abonan cuando
se asumen compromisos de deuda.
En nuestro país SPCC es una
empresa líder en la producción de cobre, molibdeno y ácido sulfúrico,
disputando la hegemonía cuprífera con otras empresas como la Mra. Antamina y
Mra. Cerro Verde, que están obteniendo utilidades extraordinarias desde el 2005
cuando se verifica la tendencia de los altos precios de los metales.
En particular los ingresos y las
utilidades declaradas de SPCC han experimentado un ciclo de bonanza entre el
2005 y el 2012, tal como se puede percibir en el cuadro “SPCC: Resumen de los
Estados Financieros”, donde en promedio en los ocho años transcurridos los
ingresos por ventas han sido de US$ 2,800 millones, las utilidades operativas
en promedio del orden de los US$ 1,645 millones y las utilidades netas de US$
1,084 millones.
La ventaja de un análisis de
largo plazo utilizando los promedios simples de los ingresos, utilidades
operativas y netas nos permite superar las limitaciones del corto plazo y
percibir las tendencias, así podemos asumir la disminución de los ingresos y
utilidades del 2009 producto de la crisis financiera del 2009.
Por tanto en el período 2005/2012
la tasa de la rentabilidad operativa ha sido en promedio del 59%, ello
significa que por cada 100 dólares de ingresos 59 dólares representan las
utilidades operativas, es decir son las utilidades percibidas antes de los
pagos financieros, los abonos del impuesto a la renta y participación de los
trabajadores en las ganancias (8%)
Con la misma lógica el promedio
de la rentabilidad neta, es decir las utilidades netas del período entre los
ingresos del período ha sido del 39%, estas utilidades netas son las
residuales, que resultan una vez descontados los costos de ventas, gastos de
ventas y administrativos, más los gastos financieros. Ello representa que por
cada 100 dólares de ingresos obtenidos en el período 39 dólares están
constituidos por utilidades netas, es decir descontados todos los costos.
En verdad, la rentabilidad real
de las empresas mineras y en especial de SPCC es mayor si se consideran las
depreciaciones y amortizaciones cargadas al costo de ventas, los cargos por
agotamiento, cierre de minas, provisiones diversas y en especial los costos
asumidos con las empresas vinculadas que prestan servicios de terceros.
Una rentabilidad operativa en
promedio del 59% y neta del 39% constituye una rentabilidad extraordinaria para
el capital, que no está siendo compartida lo suficiente con el Estado ni con
los trabajadores que hacen posible la realización de esta riqueza.
ASIMETRÍAS SALARIALES.
Las remuneraciones de los
trabajadores, es decir los sueldos y salarios básicos, más los beneficios
laborales que dependen de los básicos deben ser retribuidos en función de la
rentabilidad empresarial, la productividad del trabajo y el riesgo que la
actividad minera significa donde los accidentes fatales son recurrentes, y la
vida del minero se acorta por la contaminación.
Asumiendo en la categoría de
trabajadores a los obreros, empleados, funcionarios, gerentes, y directores
donde como dijera Adam Smith el ingreso de dirección es un salario elevado a la
“n” potencia, resulta de importancia fundamental hacer la distinción entre los
salarios monetarios, los salarios reales y los salarios relativos.
Los salarios monetarios o
nominales se expresan en la cantidad de dinero puesto de manifiesto en nuevos
soles o dólares percibidos por los trabajadores. En cambio los salarios reales
estiman la capacidad adquisitiva de esa cantidad de dinero de los bienes y
servicios necesarios para la reproducción y bienestar de las familias.
Estos salarios reales son
inversamente proporcionales al Índice de Precios al Consumidor (IPC) que estima
la variación promedio anual en los precios de los bienes y servicios. Así, lo
que debiera importar es cúanto se puede comprar con una cantidad de dinero. Por
tanto si la empresa ofrece un incremento del 6% sobre los salarios básicos y el
IPC de Lima Metropolitana ha sido del 3.66%, en verdad el incremento real sería
de 2.34% que es la diferencia (6% menos 3.66%) Evidentemente la situación se
complica si el IPC regional como podría ser el de Tacna o Moquegua resulta
superior al IPC tomado como referencia.
Sin embargo, la categoría de los
salarios relativos resulta más relevante para estimar los salarios mineros en
razón de un sector que explota recursos naturales no renovables y cuyos
ingresos provienen determinados por la demanda externa. Así, los salarios
relativos estima los ingresos de los trabajadores en relación a la riqueza
creada que asume la forma de beneficios, intereses, renta de las minas que se
apropian los dueños de las mineras e impuestos que capta el fisco.
Una forma directa de estimar los
salarios relativos está en relación a la participación del gasto laboral frente
a los ingresos. Si se asume que los gastos laborales consideran las
remuneraciones, beneficios y costos que asume la empresa por todos los
trabajadores obreros, empleados, funcionarios y gerentes, en el período
2005/2012 los gastos laborales no representan como promedio más del 5% de los
ingresos.
A pesar de los ingresos y
ganancias extraordinarias de las mineras en especial de SPCC, existen agudas
asimetrías en los niveles de ingresos de los trabajadores tal como se puede
observar en el cuadro “SPCC:Nivel de Ingresos según cargo, funciones y labores
en la Empresa” en el 2011.
Un trabajador de planta de SPCC
en promedio tiene un ingreso considerando el básico más los beneficios
colaterales de US $ de 26,887 dólares en el 2011, sin considerar lo distribuido
en la participación de utilidades. Asumiendo que se trata de un trabajador
productivo, calificado para el capital, con experiencia en una actividad de
alto riesgo un ejercicio comparativo con los salarios mineros de USA, Australia
o Chile demostraría un atraso salarial a pesar de tener la misma o superior
productividad .
Un miembro del directorio de SPCC
percibe como ingreso un promedio de US$ 461,376 dólares asumiendo en el mismo
los ingresos básicos, y los beneficios que la ley reconoce, que resultan
superiores con la participación de utilidades.
El Presidente del Directorio de
SPCC, es un trabajador especial, de confianza en el grupo, que percibe un
ingreso 56 veces superior en relación al trabajador de planta, por las labores
de dirección, gestión y administración donde su responsabilidad fundamental es
la generación de mayores utilidades a los accionistas minimizando los costos
laborales y los ingresos al fisco.
En el 2011 la remuneración del
Presidente del Directorio de SPCC sumó los US$ 1´515,617, es decir un poco más
de un millón y medio de dólares que comparativamente están por debajo de los
salarios de dirección de las mineras norteamericanas pero por encima de lo que
percibe el cargo similar de la minera estatal Codelco de Chile, la principal
empresa minera del cobre a nivel mundial.
Como trabajador especial, el Presidente
del Directorio percibe un salario básico de US $ 550,632 en el 2011 y una serie
de beneficios como un bono de incentivos, quinquenios, gratificaciones, se le
compensan los impuestos pagados, y una participación de utilidades que para ese
año representó un monto superior a los US $ 368 mil dólares. Se debe tener
presente que la participación de utilidades de los trabajadores constituyen un
gasto tributario, por tanto deducible del impuesto a la renta.
En verdad, el análisis de la
estructura salarial de las mineras y en especial de SPCC nos podrá demostrar
científicamente que con la mayor riqueza generada la participación de los
trabajadores estimada a través de los salarios relativos disminuye como
tendencia. Es más, los salarios reales podrían incrementarse superando los
niveles del índice de precios mas la participación laboral en la riqueza creada
decrece.
Esto recuerda el descubrimiento
del economista David Ricardo en 1821 expuesto en su obra “Principios de
Economía Política y Distribución”, cuando señalaba que:” La proporción que
debería pagarse en concepto de salarios es de importancia máxima en lo que
atañe a las utilidades, pues bien se comprende que las utilidades serán altas o
bajas, exactamente en proporción a que los salarios sean bajos o altos”.
De allí, la importancia de las
negociaciones colectivas modernas donde la determinación de las remuneraciones
debiera ajustarse a la rentabilidad real, a la productividad del trabajo y al
riesgo que se asume en la actividad minera. Por ello, el incremento salarial
debe superar el incremento de los precios y servicios, y reconocer el aporte de
los trabajadores en la generación de la riqueza. Así, se trata de superar las
políticas de “cholo barato” y de bajos costos de producción como ventajas naturales
del capital, expresadas en la bendita teoría de la competitividad
internacional.
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