A continuación un hecho insólito digno de Ripley’s
Believe It or Not! (¡Aunque usted no lo crea, de Ripley!).
Esta historia corresponde a la absurda, abusiva y
por demás prepotente querella penal interpuesta -con premeditación, alevosía y
ventaja- por el reelecto congresista de la República del Perú por la
Región La Libertad, abogado Elías Nicolás Rodríguez Zavaleta,
contra el humilde comunero de la Comunidad Campesina de Santiago de Cao,
Rodolfo Rodríguez Díaz, a quien lo acusa de haber cometido presuntamente el
delito ‘Difamación Agravada por Medio de la Prensa’ al «hacer circular la
revista (‘Somos Norte’) entre los congresistas de la República»,
dizque con el ánimo de hacerle daño, y por lo cual ha pedido ante la Corte
Superior de Justicia de La Libertad le imponga -a Rodolfo Rodríguez-
una sanción de Pena Privativa de la Libertad de Tres Años, más 365 Días Multa y
una Reparación Civil de S/. 500,000.00 (para ser pagado solidariamente con el
Director de la revista ‘Somos Norte’). Todo esto, a pesar que Rodolfo
no es periodista ni colaborador de ningún medio periodístico en el país, ni ‘Somos
Norte’ ha publicado en su edición Nº 207 de marzo 2012 (documento en el
que se basa la querella) alguna opinión o comentario del citado comunero contra
Elías.
EL MOTIVO
Todo comienza en el 2011 cuando ‘Somos Norte’
empieza a trabajar un reportaje en Santiago de Cao (Ascope – La
Libertad) que difundió en marzo de 2012 (‘Somos Norte’ Nº
207) mostrando diversas irregularidades cometidas alrededor del proceso
electoral que llevó a la directiva presidida por Segundo Tomás Alfaro
Calderón a su inscripción en los Registros Públicos de Trujillo, en
cuya etapa final habría participado directamente el congresista Elías
Rodríguez, según las propias declaraciones públicas y periodísticas de Alfaro
-realizadas el mismo día de su juramentación-, lo cual destacamos en carátula
con el título «Congresista Elías Rodríguez, ¿involucrado en Tráfico de
Influencias?», invitando a las autoridades pertinentes a investigar lo
ocurrido.
Recogiendo la inquietud periodística, el comunero Rodolfo
Rodríguez, junto a dos comuneros más (Segundo Cabel Arroyo y Héctor
Cruz Corcuera), suscribió el 8 de marzo de 2012 una solicitud dirigida a la
Comisión de Ética Parlamentaria (presentada el 09-03-2012, adjuntando la
referida revista), pidiendo que investiguen al congresista por el presunto
delito Tráfico de Influencias, acompañando posteriormente los respectivos
medios probatorios (audios y documentos).
El 18-03-2012 Rodolfo Rodríguez y el
Director de ‘Somos Norte’ fueron entrevistados por Canal 33
y Radio Ollantayde Chocope, donde hicieron público la
problemática vivida en la Comunidad de Santiago de Cao que llevó a los
mencionados comuneros a denunciar ante el Parlamento al congresista Elías
Rodríguez por presunto Tráfico de Influencias. Esto último habría sido lo
que más preocupó al parlamentario aprista, pues interrumpiendo telefónicamente
la entrevista amenazó públicamente con querellar al responsable de la revista,
supuestamente por haber dañado su honor, remarcando que la publicación mentía.
Al día siguiente (19-03-2012) cumplió con su
amenaza, formalizando ante el Poder Judicial de La Libertad una Querella
por Difamación Agravada por Medio de la Prensa contra Alfredo Bartolo Polo
(Director de ‘Somos Norte’) y también contra Rodolfo Rodríguez
Díaz, metiendo al comunero injustamente en el «mismo saco» mediante una
figura jurídica forzada que no tiene pies ni cabeza. Por esta razón, el juez Jorge
Humberto Colmenares Cavero del 8º Juzgado Unipersonal de Trujillo
resolvió el 20-03-2012 Rechazar de Plano la querella interpuesta, resolución
que posteriormente fue apelada por el abogado del congresista ante la Sala de
Apelaciones.
Un detalle interesante: el escrito de Elías
presentado el 19 tenía fecha de redacción 12 de marzo, vale decir, tres días
después de que los comuneros presentaran formalmente su pedido de investigación
a la Comisión de Ética.
¿Qué habría estado buscando el congresista con esta
leguleyada? Evidentemente, forzar una interpretación normativa para poner
obstáculo a un procedimiento de carácter legal: su investigación en la Comisión
de Ética.
¿Cómo calificar la actitud de Elías Rodríguez
de presentar siete meses después (29-10-2012) otro escrito a la Corte deTrujillo,
añadiendo a su pretensión económica anterior de S/. 500,000 de Reparación
Civil, el de Pena Privativa de la Libertad de Tres Años y 365 días Multa para Rodolfo
Rodríguez y Alfredo Bartolo? ¿Perversidad, será la palabra
apropiada? En todo caso, es un acto impropio de un parlamentario que además
está deteriorando la majestad del Parlamento que simboliza la pureza de una
democracia plural, donde se cobijan todas las sangres y pensamientos del Perú,
y que principalmente se debe a sus electores, a quienes debe prodigarles la más
absoluta tolerancia y no al revés.
De otro lado, si Elías Rodríguez nada debe
(según él no hizo nada malo), ¿a qué le teme?, porque el proceso judicial
continúa y se encuentra en el 10º Juzgado Unipersonal que despacha el juez Simón
Damacén Mori, a donde ha sido derivado por la Sala de Apelaciones.
Evidentemente, Elías no practica la Ley de
Transparencia y Acceso a la Información Pública, al cual está obligado por ser
un funcionario público, y es en cumplimiento de esa función pública que debió
dejar que lo investigaran libremente y no «defenderse» atacando a quienes
pidieron que lo investiguen.
A juicio de este medio, Rodolfo no ha hecho
nada contra la ley, la moral o las buenas costumbres, en todo lo que se le
acusa, aunque para el congresista sí, pues afirma que el comunero «ha circulado
revistas en el Congreso» y por eso debe ir preso. ¡Qué Dios nos coja
confesados!
Por ello pensamos que esta historia reúne los
ingredientes anormales o extraordinarios suficientes para ser considerado digno
de Ripley’s Bellieve It or Not! (¡Aunque usted no lo crea, de Ripley!).
¿Qué opinará respecto a este tema el demócrata ex presidente Alan García
y los demás connotados dirigentes nacionales del APRA?
LA QUERELLA
Otro botón de muestra del abuso de poder del
congresista Elías Rodríguez. En la querella interpuesta contra Rodolfo
Rodríguez y Alfredo Bartolo el congresista dice: «Acudo a su
despacho con la finalidad de constituirme en querellante particular», es
decir, se presenta como persona natural, que es como corresponde en estos
casos, pero al final del escrito se viste de parlamentario y firma como
Congresista de la República por La Libertad, sobre el sello del Congreso
de la República que contiene el Escudo Nacional, símbolo heráldico oficial del Perú.
¿No está enviando de esta manera un mensaje casi directo al magistrado Damacén
(porque ni siquiera es subliminal), prácticamente advirtiéndole que va a juzgar
el caso que atañe los intereses de un Congresista de la República investido de
inmunidad parlamentaria y que por lo tanto es «intocable» de los demás
mortales?
Finalmente, esta querella penal no solo es un nuevo
atentado a la Libertad de Expresión perpetrado por el poder político de turno,
sino que además pone en vitrina para el debate público a dos principios
constitucionales que protegen a las personas y sobre las cuales la legislación
nacional vigente todavía no ha otorgado supremacía: el Derecho a la Libertad de
Información vs. el Derecho al Honor de la Persona. Esta es la razón por la cual
pequeños dictadorzuelos disfrazados de demócratas se atreven a abusar de sus
prerrogativas para intentar someter a sus «detractores» bajo el pretexto de
haber sido dañados en su honor. Dicho en otras palabras, los malos políticos
pretenden sojuzgar así al sagrado Derecho a la Información que no puede ni debe
faltarle a nadie bajo ninguna circunstancia y menos invocando en forma
simplista el honor cuando éste no ha sido tocado (por ejemplo: en ‘Somos
Norte’ no se ha afirmado categóricamente nada en contra de Elías
Rodríguez, sino que se ha planteado una tímida interrogante).
Es dable recordar que el Derecho a la Libertad de
Información es lo que nos hace libres y que el congresista Elías Rodríguez
ni ningún otro funcionario público del país tiene derecho a hacer escarnio de
un humilde comunero peruano, y menos querellarlo para amedrentarlo, o peor aún,
con la intención de meterlo preso porque sabe anticipadamente que no podría
pagar nunca S/. 500,000 como reparación civil.
¿Qué ha conseguido Elías Rodríguez con su
actuación hasta la fecha? Por lo pronto, sublevar el ánimo del curtido hombre
de campo, que podrá ser humilde pero no cobarde, y es por ello que Rodolfo
Rodríguez ha comenzado a acudir a la prensa para decir su verdad y aclarar
primero ante el gran jurado que es el pueblo, lo que verdaderamente está
ocurriendo en su Comunidad y el por qué están atacándolo sin piedad.
EL COMUNERO
A continuación lo dicho por Rodolfo Rodríguez,
el 20-01-2013, en Canal 33 y Radio Ollantay de Chocope
(Ascope-La Libertad), en una entrevista en vivo conducida por el
periodista Héctor Bocanegra que al final quedó evidentemente sorprendido
por la noticia recibida: ¡el comunero no había repartido revistas en el
Congreso!
*¿Repartió revistas en la puerta del Congreso o fue
a cada oficina de los congresistas a dejar la revista donde aparece en portada
la presunta difamación contra el congresista Rodríguez?
-Que tal elaboración de estrategia, de mafia y de
cochinada, que podrían haberme calificado como repartidor de revistas. En
primer lugar quiero decirle, que el periodista (Alfredo Bartolo) me ha contado
que la revista ‘Somos Norte’ hace años que ingresa al Congreso, y lo tiene
congresista por congresista, entonces, ¿por qué tendría yo que repartir
revistas?
*Pero usted las ha repartido.
-No, no, no. Vamos a ver, cómo es repartir, porque
tres comuneros hemos presentado la queja en nuestra legitimidad de derecho, y
hemos entregado a cada instancia, acompañando la revista. No creo que eso sea
repartir revistas, de ninguna manera.
¿Regalar revistas cuando uno presenta una queja
pidiendo que se esclarezca el presunto tráfico de influencias? Porque eso hace
tanto daño a la Comunidad que pertenezco y que está sufriendo desde 1997 que
aparece Segundo Tomas Alfaro, en una Junta Transitoria, la cual está en un
atraso.
No es el calificativo que le pone, ‘por repartir
revistas’. Repartir revistas, de ninguna manera. Si usted es una autoridad y yo
vengo a entregarle una denuncia, acompaño la revista, y eso no es regalar
revistas, pero quieren ponerlo así para sugestionar.
Tengo que decir que él (Elías Rodríguez) hace la
denuncia como persona natural y al último pone el sello de congresista de la
República. ¡Por favor!
Entonces, tratan de sugestionar, de amedrentarnos y
callarnos. Pero nosotros no podemos callar, de ninguna manera, porque tenemos
el aval de Dios, porque estamos hablando la verdad. No es porque saque la cara
por la revista, pero, ¿sabe lo que hace la revista?, transcribir todo lo que
ellos han hablado.
*Usted es el que pidió a la Comisión de Ética del
Congreso la investigación…
-Somos tres los comuneros…
*Y solo a usted lo denuncia. Dicen que le han
tomado fotos, que hay videos que está entregando revistas, que la publicación
está en todo los quioscos, en Lima…
-No, no, no. La revista se vende…
*Porque ese es el tema.
-Claro.
*Entonces, no es que lo haya repartido en sí,
porque podría haber ido Juan Pérez, Víctor López, Héctor Bocanegra, a repartir,
sino que el hecho, como bien dijo el Dr. Loyola Zurita, todos los que venden
periódicos deberían ser denunciados. Viéndolo así esto parece hasta curioso.
-Vamos a ver aquí la situación, que no solamente en
esa oportunidad se ha vendido o se ha visto la revista en esos quioscos. La
revista se sigue viendo todos los meses y en todos los quioscos. Entonces,
porque se ve ahora en todos los quioscos, ¿quiere decir que Rodolfo Rodríguez
sigue repartiendo revistas?
*¿Qué le diría al congresista, qué le diría a los
comuneros sobre este tema?
-Al congresista, que su actitud es negativa y que
está siendo juzgada, primeramente por Dios y por el pueblo, y ni Dios ni el
pueblo avalan su actitud, y que su actitud perjudica a su mismo partido, porque
ahora sus compañeros no han aparecido en las llamadas, demostrándose que no
están con él.
Finalizo aclarando al señor (Pedro Polo) que llamó
(por teléfono) de Cartavio. Sabes amigo, nosotros no hemos venido aquí a
llorar, hemos venido a aclarar la situación. Yo no sé quién es el que llora.
Llora el que corre. Nosotros no corremos, estamos aquí, presentes, para dar la
cara y hablar la verdad, y porque la verdad no hace libres, estamos totalmente
seguros, contentos y gozosos, porque tenemos el amparo de Dios.
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