Por: Jorge Sánchez
Los
cambios suscitados en nuestro país, desde hace un par de décadas, no solamente
han sido de política económica (que bastaría el cambio del Ministro de Economía
y concluiría el ciclo), sino que además es un proyecto ideológico y cultural,
que tiene gran influencia y es defendido a ultranza, muy a pesar de las graves
crisis sociales y financieras, en los países que fueron sus inspiraciones:
EEUU, Europa y parte de Asia.
No
podemos engañarnos que este proyecto ha copado al Estado peruano y lo ha vuelto
ciego e insensible para mirar hacia abajo y nos ha imbuido de la lucha
implacable por el éxito personal o empresarial a cualquier precio, menosprecio
los vínculos sociales, quebrando los componentes éticos y sometiéndonos a la
ley del más fuerte y por experiencia vivida: no interesa el Gobierno que acceda
a palacio de gobierno, el proyecto está omnipresente.
Sin embargo estamos en la
época de los cambios en todo sentido: políticos, tecnológicos, humanos,
científicos y toca desbaratar todos los paradigmas, todo se transforma, se
reinventa surgen nuevos espacios para cubrir mayores necesidades, en la que se
necesita organizaciones renovadoras y dirigentes despiertos y atentos a las
oportunidades, fijando esperanzas en nuestras propias fuerzas.
No es
que apostamos, sino que estamos viviendo la creación de asociaciones,
cooperativas o empresas, dando valor, creando riqueza, incidiendo social,
económica y ambientalmente, nuestra pequeña o mediana agricultura en esta parte
del país, demuestra sus condiciones de éxito, atendiendo el mercado nacional e
incursionando en el mercado externo, a pesar del abandono del Estado peruano y
de los gobiernos Regional o Nacional, por quienes nos rajamos.
A los
productores pequeños y medianos, nos queda reforzar el sentido de la presencia
ciudadana a través de la participación, el fortalecimiento de nuestras
organizaciones y defender las pocas, por no decir sólo 02 de carácter nacional,
con lo que esto implica demandar derechos y asumir responsabilidades,
Para ello, no solo es paso importante la capacidad
de gestión, capacitación, crear confianza, sino el FINANCIAMIENTO que nos dará
los medios económicos suficientes, para repotenciarnos y acceder a las
oportunidades que nos vienen siendo negadas y para ello debemos aprovechar
algunas herramientas legales, traducidos a través de algunos dispositivos aprobados
y es nuestra obligación valernos de ellos y exigir su cumplimiento.
Tarea
para el 2013 en nuestra Región Piura, debe ser reunirnos, convocarnos las,
asociaciones de productores pequeños y medianos, Cooperativas de Usuarios y de
Crédito invitando a participar a las Comisiones y Juntas de Regantes,
profesionales, ONGs ligadas al quehacer agropecuario para estructurar un
Programa de Desarrollo de la pequeña y mediana actividad agropecuaria y
establecer políticas distributivas y de protección a los más vulnerables,
estableciendo un justo equilibrio, afirmando nuestra dignidad y los méritos
conseguidos, sin avivar rencores o creando falsas expectativas y mucho menos
sin hipotecar nuestros intereses a las liviandades políticas pasajeras.
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