Darío Botero Pérez
“El agotamiento de los modelos
políticos, su debilidad en un contexto global, es no obstante evidente. Que de esa realidad se deduzca un
profundo desgaste (y desprestigio) de los políticos es normal, más aún en
países como España, con poca tradición de vida en democracia. Lo peor es que su
incidencia magnificada ha hecho que todas nuestras grandes crisis desembocaran,
hasta ahora, en dictaduras.
“Los mismos argumentos, los mismos problemas, las misma
soluciones aparecen una y otra vez.”
Tomado
del anexo “Ciudadanía, clase política y otras élites”
(Subrayas
agregadas)
La pretensión de
exonerar de culpa a los políticos “democráticos” porque los potentados son los
verdaderos causantes de las crisis que se les imputan a los gobernantes, es una
pretensión inadmisible.
Desde luego, la amenaza
de establecer dictaduras impuestas por la violencia y contra las normas
constitucionales de origen representativo, tiene suficiente fuerza como para
despertar simpatías hacia los gobernantes elegidos, así su incapacidad para
resolver los problemas sociales sea patética y su pretensión de representar a
los ciudadanos sea absurda.
Lo cierto es que -como
los parlamentos, los presidentes y los tribunales burgueses; o la prensa al
servicio de intereses privados y de ámbito monopólico, como la que se agrupa en
la SIP; igual que otras instituciones de carácter autocrático, como los
sindicatos y los gremios, o como las organizaciones internacionales tipo FMI,
OMC, OMS u OCDE-, los partidos políticos son otras instituciones surgidas de la
ideología liberal.
Son fundamento y fruto
de la revolución burguesa y, como las demás instituciones falsa e
imposiblemente representativas, están organizados de manera piramidal y
evidentemente antidemocrática, a pesar de lo que cacareen.
Todas esas instituciones
falaces con que engañan a las mayorías los políticos profesionales, habrán de
desaparecer junto a la Historia.
Será inevitable y cierto
si las mayorías conscientes, informadas y lúcidas, aprovechando las facilidades
brindadas por la Sociedad del Conocimiento, vencemos a los sicópatas que han
imperado durante el atroz período. La oportunidad, tal vez única, se nos
presenta a las actuales generaciones ahora, cuando el consumismo destructor,
sin ningún reato ni limitación, está acabando con la biosfera y con los seres
que abriga, incluyendo a los humanos.
Su perverso propósito,
disfrazado de “sagrada codicia”, es precipitar el Fin del Mundo que obsesiona a
los descendientes de Abraham y que los demás tenemos la obligación de evitar
construyendo una sociedad global realmente democrática, justa, igualitaria,
respetuosa, amable, libre, rica y solidaria.
En cuanto a los
gobernantes apegados a los criterios liberales, es evidente que se trata de
profesionales de la política que han hallado en ella la manera de pelechar
social y económicamente, ateniéndose al proverbio de que “la ocasión hace al
ladrón”.
Actúan en consecuencia,
como ladrones astutos aficionados a los negociados pero ineptos para los
negocios honrados; pues suelen carecer de capacidad empresarial y hasta
laboral, además de que no poseen escrúpulos de ninguna naturaleza. Lo
comprueban con sus realizaciones, mientras puedan actuar impunemente. Por eso
no tienen inconveniente en pisotear los prejuicios inculcados por las
instituciones liberales que exigen una honestidad tan impecable como imposible,
según lo dejó claro lord Acton con su famoso aserto sobre el poder corruptor.
Cada vez son más
conocidos por la ciudadanía los actos de corrupción, cometidos en todos los
países y a nombre de todas las ideologías, aún de las que los ingenuos
consideran sagradas porque se ocupan de asuntos escatológicos. Entre éstas
sobresalen las religiones de todas las tendencias y expresiones, establecidas
por tan diversos pueblos a través de los siglos, y que los políticos y
gobernantes han usado para someter a las mayorías crédulas e ignorantes o, al
menos, alienadas y dispuestas a enfrentar, si lo ordenan los caudillos, a quien
no comparta sus creencias o no se deje catequizar.
El verdadero papel de
los políticos de cualquier catadura, lo confirma su característica habilidad
para enriquecerse por cuenta del patrimonio común y de la cesión de las
empresas públicas y de los recursos naturales a inversores extranjeros. Les
tiene sin cuidado que éstos sean abiertamente depredadores e indiferentes al
bienestar de los ciudadanos y de las poblaciones que saquean.
Sin importar que se
trate de laicos, militares, nobles o sacerdotes, pretenden disponer a su antojo
de lo que nos pertenece a todos, tanto como de lo que es sagrado y hay que
conservar a toda costa por el beneficio común y por respeto a la Madre
Naturaleza o Pachamama.
Para cometer sus
tropelías insoportables, aprovechan su monopolización de la función pública por
excelencia, que es la política.
Ésta a todos nos
incumbe, de modo que en ella todos hemos de intervenir, ejerciendo la verdadera
democracia, la directa, que están reivindicando las multitudes conscientes en
todo el Mundo para derrotar la Historia y consolidar la Sociedad del
Conocimiento o Sociedad Democrática Global.
La nueva organización
social plana, justa e igualitaria habrá de garantizarnos a cada uno, sin
ninguna discriminación, nuestros fueros, brindándonos todas las oportunidades
para que nos realicemos y hagamos nuestro aporte personal y único a la
comunidad humana.
Es lo que buscan las
multitudes conscientes y dignas en vez de permitir que nos conviertan en
criminales y en carne de cañón para que los potentados conserven sus
insoportables y desmesurados privilegios mientras multiplican y agravan los
problemas que nos acercan al Fin del Mundo, extinguiendo especies y humanos, y
destruyendo la biosfera, sin tasa ni medida.
Las arbitrariedades de los dictadores son suficientemente aleccionadoras y
horrorosas. Así lo hemos comprobado los colombianos con los 8 años de furibismo
presidencial. Durante ellos este personaje extendió a toda la nación la
actividad parapolítica fomentadora de la Mano Negra al servicio del régimen (o
paramilitarismo).
La había estimulado y legalizado-con la aquiescencia del presidente del
escándalo del proceso 8.000, Ernesto Samper Pizano- el otrora gobernador de
Antioquia, Álvaro Uribe Vélez, quien sigue sin ser juzgado por sus crímenes,
aunque cada vez le queda más difícil eludir la justicia, pues la Corte Penal
Internacional no deja de observarlo, y hasta su fiscal de bolsillo parece
dispuesto a impedir que siga impune, al menos por sus actos delictivos cuando
ejerció como gobernador, pues como presidente parece tener garantizada su
impunidad ya que ningún politiquero se atreve a cuestionarlo públicamente y,
mucho menos, a sancionarlo como se lo merece.
Pero, dado el oportunismo de los políticos profesionales que nos suplantan,
unido a la decadencia de los furibistas a medida que su jefe pierde el teflón y
el apoyo de los potentados criollos, no sería extraño que saliesen a la luz los
delitos que cometió como jefe de la Aeronáutica Civil abiertamente favorecedor
del cartel de Medellín.
A la luz de sus ejecutorias abusivas y desmedidas se entiende, entonces,
que los pueblos rechacen a los dictadores a cambio de los politiqueros
profesionales que promueven la farsa electoral, el respeto a la legalidad
parlamentaria, y la ponderación en el saqueo del erario y las riquezas
públicas, saqueo que se ha desbocado bajo los gobiernos inspirados por el
Neoliberalismo y que no tiene límite en las dictaduras.
Aunque muchos politiqueros viven de la impostura representativa -pero no
desprecian las gabelas que les ofrecen los dictadores-, cuando acceden a las
posiciones públicas están sometidos, como cualquier gobernante de cualquier
régimen, a los intereses de los verdaderos dirigentes de la sociedad: los
manipuladores de la economía, denominados genéricamente como potentados y a
cuya cabeza están los sionistas Rothschild, auténticos líderes del Nuevo Orden
Mundial que les roba su soberanía a los pueblos y que derrotaremos con la
Sociedad Democrática Global.
Estos famosos y persistentes banqueros -aleccionados por la masonería
internacional que los controla- están acostumbrados a subyugar a toda clase de
gobiernos desde hace bastantes años, así la población normal lo ignorase al ser
víctima de la desinformación que promueven los medios de comunicación al
servicio de regímenes oprobiosos.
Son los auténticos dirigentes, mediante el “gobierno mundial en la sombra”,
del Nuevo Orden Mundial que todos los lacayos gobernantes reconocen como su
inspiración en la depredadora etapa definitiva que estamos atravesando y que
puede calificarse como Neoliberalismo consumista, depredador, homogenizador,
irracional y, ciertamente, antieconómico.
Tales amenazas nos exigen ser dignos y sensatos, respondiendo con la
instauración de la Sociedad Democrática Global, si no queremos desaparecer o
resignarnos a sobrevivir como los más ruines de los esclavos conocidos por la
Humanidad.
De los potentados, todos los humanos ambiciosos y subyugados son lacayos
obedientes a quienes nadie se atrevía a retar ni a develar o denunciar públicamente,
como bien lo señala el artículo en comento al destacar la costumbre
–introyectada a las masas indefensas e ignorantes por los medios de
comunicación y proselitismo al servicio de todas las ideologías- de asignarles
las crisis y las calamidades sociales típicas de la Historia, a los políticos
Pero se queda corto al excluir a los dictadores, pues quiere contrastarlos
con los gobernantes elegidos, quienes ostentarían algo de dignidad en su misión
traidora a los intereses de la especie y los fueros de la Vida: “La
culpabilización de los políticos (democráticos) y de la politica (democrática),
ha sido presentada siempre como parte de un consenso al margen de las
ideologías.”
De cualquier manera, es
inaceptable el propósito de las multinacionales depredadoras de eludir
responsabilidades por sus hecatombes ambientales, financieras, económicas y
sociales.
Con tal propósito buscan
exculpar a los potentados asignándoles a los dictadores poderes excepcionales
que los presentarían ante los pueblos como redentores predestinados -tipo su
majestad borbona, fratricida y elefanticida, con sus 75 añitos recién
estrenados; o su mentor genocida, Francisco Franco Bahamonde-, cuando, tras
derrotar a los pueblos ilusionados con la falsa democracia liberal, “las
élites políticas volvían a recuperar el prestigio perdido”.
Lo real y valioso para la
Humanidad -que busca su liberación auténtica y entiende que su gran enemigo
actual es el Neoliberalismo consumista extendido por todos los países,
independientemente de las ideologías nacionales y de las posiciones culturales
y las presuntas oposiciones ideológicas que presuman de independientes mientras
aplican las recetas que les extienden los amos potentados- es la imputación de
las calamidades históricas a sus fundamentales causantes.
Estas bestias despiadadas
y ambiciosas -tipo Genghis Kahn o Alejandro Magno o los ridículos líderes del
nazismo, el falangismo, el fascismo y el “Tea party”, la providencial Angela
Merkel, o el mismo sionismo que los justifica a todos-, siempre han eludido sus
responsabilidades.
Aplican el síndrome de
Medusa que les asigna a las víctimas la culpabilidad por las calamidades a las
que las someten quienes posan de superiores y que se pueden catalogar como
potentados o plutócratas, aunque no faltan los semidioses y sus padres
presuntamente divinos; o los locos megalómanos como Álvaro Uribe Vélez en
Colombia quien, siendo un lacayo de origen humilde pero buen chalán y mejor
culebrero, se siente un predestinado para orientar a la Humanidad, más allá de las
fronteras de Salgar y aunque Obama no estuviese de acuerdo.
Desde luego, la negativa
de los potentados auténticos a admitir responsabilidades, no exculpa a sus
cómplices plebeyos. Pero se caracteriza porque, en las condiciones actuales de
revolución mundial acorde al desarrollo alcanzado en las fuerzas productivas,
las multitudes conscientes despejan sus mentes e imponen su razón y su fuerza,
identificando claramente a los verdaderos enemigos comunes a medida que éstos
tratan de ocultar, eludir o justificar sus bestialidades.
Crecientemente, las
multitudes lúcidas y soberanas actúan más bajo la convicción de que el poder
reside y le pertenece al pueblo; o sea, a todos los humanos en vez de a unos
pocos privilegiados que tendrían la magna tarea de guiarnos a los demás, así su
ineptitud sea tan palpable como la del demagogo Mariano Rajoy o la de su
contraparte socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, o la de cualquiera de los
presuntos izquierdistas que aceptaron ceder la soberanía económica y fiscal al
aprobar obedientemente, en un plazo récord, como cualquier Colombia abusada por
el dictador Uribe Vélez, el “pacto fiscal” que favorece el pago de las deudas
espurias (o falsas) a costa de los derechos sociales, ambientales, económicos,
culturales y políticos de los ciudadanos.
A los estados europeos
caídos en la desgracia de la deuda expropiadora, de los desahucios de los
hogares de los ciudadanos, de la pérdida de sus garantías sociales y de la
paralización artificial de la producción, por designio de los banqueros
ladrones e impunes, sus penurias se las impuso el FMI para acabar con el Estado
de Bienestar. No les importa que su conquista haya requerido tantas luchas y
sacrificios sociales.
Además, cada vez menos
países conservan tal envidiado Estado o rechazan el control fiscal por
tecnócratas, externos a su economía y subordinados a los banqueros estafadores
y francamente ladrones; pues poquísimos gobernantes, conocedores del verdadero
poder tras el trono, se atreven a retar a la teutona que agencia las políticas
de la troika conformada por el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Unión
Europea (UE) y el Banco Central Europeo (BCE), que -junto a otras con vocación
imperialista y estructura jerárquica y autoritaria, absolutamente
antidemocrática, como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE), la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la Organización
Mundial del Comercio (OMC), todas ellas subordinadas al Club Bilderberg- son
las instituciones que agencian la política de la depredación masónico-sionista
inspirada por Ayn Rand y conocida como Neoliberalismo.
Los gobernantes lacayos
de la otrora imperial provincia han actuado como los de cualquier colonia
suramericana dirigida por un mafioso neoliberal.
Por lo anotado sobre los
partidos y gobernantes españoles frente a la troika, cuyas exigencias están
arruinando al pueblo, despojándolo de sus derechos a favor de quienes lo han
estafado y siguen impunes; para ilustrar la vileza del gobierno mundial en la
sombra, dirigido por los sionistas subyugados por los masones, basta enfocarnos
en España, hoy convertida en el escenario global de las canalladas ecocidas,
económicas y sociales, de clara estirpe neoliberal, que la población gallarda y
persistentemente rechaza, pero que se imponen en el Mundo entero amenazándonos
con convertirnos a todos en estados fracasados o parias, como Haití, la
golpeada pero noble y orgullosa cuna de la Libertad para Latinoamérica, que “el
Pollo” Alfonso López Michelsen trazó como meta para Colombia, anticipándose a
los demás vendepatrias del mundo entero que, para satisfacer a los potentados,
se esmeran por convertir en fallidos y parias los estados que gobiernan…
Por fortuna, aún los
españoles pueden reaccionar -como lo están haciendo los decentes miembros de la
sanidad pública o los desahuciados o los ahorradores víctimas de las estafas-
para revertir los crímenes del barbudo líder de las derechas y su cómplices de
las izquierdas, quienes los han engañado de frente al aplicar ladinamente las
recetas que les impone la Merkel. A los inocentes, a los ignorantes y a los
pocos ingenuos que quedan, les aseguran, contra toda evidencia y lógica, que
tales medidas absurdas y contraproducentes habrán de producir miel cuando las
semillas son de hiel.
La actitud de los traidores
de los pueblos, como los mencionados políticos ibéricos y todos los que aspiran
a ser gobernantes, cada vez está más condicionada por las recetas neoliberales
tanto como por la incompetencia de quienes las promueven siendo meros
instrumentos de los potentados organizados en el Club Bilderberg, convencidos
de que a punta de tecnócratas, como el excepcional Mario Monti, podrán
exorcizar sus demonios.
En consecuencia, no es
que sean más perversos o mediocres que el común de los mortales. Como todos,
buscan la mejor manera de sobrevivir en una sociedad jerárquica donde la
igualdad, la libertad y la fraternidad siguen siendo guías trascendentales,
negadas absolutamente por la realidad pero todavía alimentando las ilusiones de
los desamparados, y orientando sus utopías.
Los sensatos, ¡tan buenos
y avispados ellos!, saben que la utopías son sueños irrealizables que alimentan
las ilusiones de los tontos bonachones, productores de la riqueza que los
sensatos les expropian. Por eso, en vez de luchar por alcanzar imposibles,
prefieren dedicarse a vivir de los ingenuos amorosos mientras les vacían los
bolsillos, les deforman la realidad y los califican de pecadores para
mantenerlos asustados y subordinados.
Como todos los seres
supuestamente más capaces aparecidos en la Historia, también comprenden que, si
bien pueden abusar de los inocentes impunemente, les conviene doblegárseles a
los sicópatas que la dirigen en su beneficio, so pena de vivir como las
mayorías oprimidas por quienes las traicionan y utilizan.
Semejantes lacras se
consideran sensatos, lúcidos, prudentes e inteligentes, cuando no son más que
unos cobardes abusivos y despreciables, astutos calculadores y viles
hipócritas, que degradan a la especie humana, humillan al prójimo y amenazan la
existencia de la Vida.
Rompiendo esquemas
perversos que pretenden desviar la opinión de los problemas auténticos que a
todos nos amenazan, vale la pena preguntarse con Ignacio Muro, si:
“No sería mejor hablar, en todo
caso, de clases dirigentes? ¿Debemos excluir de la primera
responsabilidad a banqueros, ejecutivos de inmobiliarias, directivos de
medios de comunicación, especuladores de todo tipo, presidentes (procesados) de
la patronal CEOE, escuelas de negocio…? ¿Debemos excluir a Botin y la
banca, Pedro Jota Ramirez y los medios de comunicación, Rouco Varela y la
iglesia, Diaz Ferrand y su CEOE…
Más aun, ¿debemos excluir del
primer foco a los funcionarios de Bruselas a los gestores de hedge found, a las
agencias de rating, a los ejecutivos de los bancos de inversión? ¿Debemos
excluir de responsabilidad al mismo César Molinas o a los cesar-molinas de media Europa o
de medio mundo?
Cesar Molinas, condena la gestión de
los recursos públicos que se ha hecho en España como si fuera algo ajeno a él,
cuando gestionó, en tanto que director General de Planificación y responsable
de la gestión de Fondos Estructurales, más de 3.000 millones de € anuales de
los fondos de la Unión Europea. ¿No firmó Molinas ningún expediente por el que los
dineros europeos financiaban el 50% de aeropuertos innecesarios o vías de alta
velocidad sobredimensionadas hasta el infinito? Y en Bruselas ¿qué
funcionario, que Consejo de Ministros, aprobaba esos fondos? ¿Quiénes se
opusieron? ¿Qué lobbies alemanes, franceses, holandeses los propiciaban
porque incluían pedidos a sus fábricas?” (Subrayas y negrillas agregadas)
Es tan acertada la asignación de las mayores responsabilidades que me
siento tentado a reproducir todo el artículo, de modo que recomiendo que se lo
lea completo todo aquel que desee entender el mundo en que vive, las fuerzas
que lo están acabando y los agentes de semejante perversidad.
Quizás se anime a intervenir directamente en los asuntos que le inquieten,
sin pedir permiso ni subyugársele a nadie, por idóneo representante que éste se
sienta, ya sea del poder temporal o del espiritual.
Así sí habrá esperanzas de que los venzamos. Pero el tiempo corre y la
decisión es cada vez más urgente y definitiva. Sin fanatismos ni mesianismos,
es claro que el fin se acerca, acelerado por los sicópatas empeñados en acabar
con todo.
ANEXO
Anexo “Ciudadanía, clase
política y otras élites” por Ignacio Muro
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